A principios de los ’70 en General Motors estaban creciditos. Todo lo que producían se vendía como churros así que se atrevieron con la especialidad euro-asiática por antonomasia: Utilitarios. Lo cierto es que AMC con su Gremlin ya habia dado (sin mucha suerte) el primer aviso yankie. Nacía en 1971, después de un tiempo record de desarrollo de tan solo dos años, el Chevrolet Vega. Difícilmente exista un coche peor que el Vega, aunque se vendió relativamente bien los primeros años. Justo antes de salir a la venta se dieron cuenta que era bastante más pesado y caro que lo que se prometió en un principio asi que les dio por ahorrar en chapa. En su afán de hacerlo más y más rentable se dice que el chasis no aguantaba y que las preseries se partían literalmente en dos (el primer prototipo en solo 8 millas) lo que obligó a reforzarlo por todas partes. Debido a su particular diseño (ciertamente atractivo) los tratamientos antioxidantes de la carrocería por inmersión (primicia mundial) no llegaban a todas partes sufriendo de óxido casi de inmediato. Se decía que el Vega traía de serie los bajos oxidados, que por el precio de un Vega te daban medio, y que si vivías muy lejos de Lordstown (fabrica de los Vega) se oxidaba en el tren. Para hacerlo aun más rentable el Vega se diseñó para ser empaquetado bocabajo en vagones de tren especiales (así cabían más) en lo que se denominó «Vert-A-Pac» lo que a veces provocaba que se juntasen aceite y agua en alguno de sus cilindros (¡) Su revolucionario motor de aluminio también fue un nido de problemas. Tenia la mala costumbre de quedarse sin aceite en el cárter y sin agua en el radiador cuando no salia ardiendo por sobrecalentamiento o por mandar gasolina al tubo de escape o directamente venia con los cilindros rayados de fabrica. Muchos motores de aluminio fueron cambiados por motores de acero en garantía (después de haber sido reemplazados por motores de aluminio igualmente defectuosos) suponiendo un serio costo para Chevrolet. Cierto es que el Vega salió al mercado de forma prematura pero también se encontró con huelgas y problemas de reajustes laborales. Se dice que los obreros desencantados con GM boicotearon al pobre cochecito de Chevrolet que sufrió desde entonces de serios problemas de acabado. Todo esto provocó que el maléfico Chevrolet Vega y su motor de aluminio se dejasen de fabricar en tan solo 7 años y que toda una generación de compradores se marchase hacia los Civic y Corolla para no volver jamás. Comenzaba la travesia del desierto.
A mediados de los ’80 un número incalculable de Vegas se achatarraron de tal forma que muchos desguaces lleganon a no admitirlos… si ni un chatarrero quiere la chatarra…
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