Shetland Pony («Ford SVO» McLaren M81 Mustang)


Muchos fueron los reveses con los que lidió el coche Americano a lo largo de los setenta.  La Crisis del petroleo, la asfixia de las aseguradoras, las huelgas inherentes a la falta de calidad… Los tres gigantes sangraban por todos lados y no tenían cintura suficiente para esquivar los golpes.  Los japoneses desembarcaron en América con propuestas más acordes  a los tiempos que corrían y sin complejo alguno fueron hurgando en la herida.  Por muy  defenestrados que estuviesen los Muscle-Cars y por muy macilentos que anduviesen los Pony-Cars los vehículos prestaciones siempre tenían un hueco en el corazón de los automovilistas.  Bien el cierto que las ventas ni la oferta ya no eran lo que habían sido pero daban un cierto plus a las marcas que los mantenían en catalogo. Siempre puedes vender un coche juvenil a una persona mayor, pero es casi imposible venderle un coche adulto a un jovenzuelo.  A pesar de honrosas excepciones, la Ford Motor Company nunca se caracterizó por su visión de futuro.  El Ford era el arquetipo de coche americano por excelencia.  Duros, sencillos, económicos y omnipresentes.  El Ford Mustang original vino a dar un soplo de aire fresco.  Su evolución a lo largo de las décadas dio con una insipida nueva versión a finales de los setenta.  La carrocería no era especialmente bella ni los motores potentes ni las prestaciones brillantes.  Compartía con su ancestro únicamente la tracción trasera, el estar derivado de un coche de gran serie y ser barato.  En uno de esos intentos por rejuvenecer la imagen de marca y de paso impulsar las ventas y el glamour de sus coches se crea en 1980 la SVO (‘Special Vehicles Operation’).  La Ford pretendía poner en liza autos exclusivos y prestacionales derivados de los de gran serie.  Paralelamente la escudería McLaren motorizada por la «blue oval» se había hecho un importante hueco en el panorama mundial.  Los dos mundiales de pilotos de F1 eran la guinda a un pastel de éxitos.  Creyeron que para refrendar su éxito y para hacerse con un mejor nombre no había nada mejor que hacer un deportivo de calle.  Y creyeron jugar sobre seguro.  Nacía en 1980 el deseado hijo de tal matrimonio, el Mclaren M81 Mustang.  El otrora mítico pony-car pasaba por los talleres de McLaren en Livonia.  El chasis se optimizaba, la aerodinámica, los interiores y la estética se mejoraban y el motor…  La idea de un potente V8 no casaba con los aires de cambio así que se decidieron por turbocargar el cuatro cilindros Pinto (2.3l, 175cv).  El resultado fue admirable.  Imagen espectacular y prestaciones acordes.  La Ford se frotaba las manos.  Se quisieron fabricar únicamente 250 unidades,  pero solo se hicieron 10.  Rápido, bello (?), exclusivo… y caro.   No era para nada económico, una de las razones de ser del fenómeno pony-car, y nadie estaba dispuesto a gastarse 25000$ en un engendro prestacional por muy hecho a mano que estuviese.  McLaren se centró en ganar más campeonatos del mundo y en hacer supercoches de verdad y el Mustang mkIII languideció a su suerte.  A pesar de ser uno de los Mustang más exclusivos de la historia y el primer Mclaren de calle (con permiso del M6GT) nadie quiere acordarse de él.  Pony-Cars quo vadis?

Acerca de Sergio Mercado

Lo reconozco ¡Me encantan los coches! Pero no solo aquellos que forman parte del imaginario popular por sus logros y parabienes. Me gustan TODOS los coches y en especial los que llevan una bonita historia cuestas.
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2 respuestas a Shetland Pony («Ford SVO» McLaren M81 Mustang)

  1. Álvaro dijo:

    Lo que son las cosas; muchos «puristas» de la actualidad llevándose las manos a la cabeza porque el nuevo Mustang tendrá una versión de cuatro cilindros la cual, según ellos, es una deshonra para la historia de este vehículo. Es para coger tu post y darles con él un sopapo en la cara.
    Un saludo compañero.

    • Muchos de esos puristas obvian que el primigenio Mustang era un Ford Falcon maquillado, el mkII tomaba como base el Pinto (!) y los mkIII y IV eran básicamente un Fairmont. El nuevo, para seguir la tan cacareada tradición, debería haber sido un Focus o Mondeo con una carrocería chula. Las traiciones de Ford no siempre han de ser peyorativas 😉
      Saludos compañero 🙂

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