Paramnesia galopante (Reliant Scimitar SS1 «Unhappy»)

A finales de los ’70 el mundo del motor está combulsionando.  La industria inglesa toca fondo (luego se dieron cuenta que el fondo estaba más lejos).  Los roadsters ingleses están viviendo sus últimas horas.  El MGB agoniza y el TR7 (que no era del todo un roadster) está condenado a muerte.  En Reliant, especialistas en cubrir nichos desiertos por las grandes marcas, creen que esta es la suya y se plantean crear un nuevo descapotable que no tenga los numerosos inconvenientes de los precedentes.  Este debía ser ágil, bonito y barato y prescindir de los sempiternos achaques de fiabilidad de todo coche inglés de esos años.  La pequeña empresa de Tamworth hace un esfuerzo sobrehumano para desarrollar el extraño Scimitar SS1 (Small Sport).  Del diseño se responsabilizó Michelotti, diseñador de los Spitfire, TR5/6, Stag… y se cree que resucitó un antiguo diseño del que hubiese sido el nuevo Spitfire.  Michelotti muere de cáncer dejando sin acabar al pobre SS1 y su hijo acaba como puede.  Como poco se le puede acusar de estilo controvertido ya que a la linea en cuña se le une una caída del morro estilisticamente arriesgada y un montón de lineas en forma de pliegues en la chapa que no estaban en el diseño original.  Para los órganos mecánicos se recurre a marcas japonesas y a Ford para evitar problemas.  El chasis estaba inspirado en el roadster por antonomasia, el Lotus Elan, y la carrocería era de un novedoso material plástico.  El montaje a mano sobre el chasis y el no tener en cuenta las contracciones del plástico inyectado provocaba que un lado del coche no fuese igual al otro (curvaturas, holguras…).  Para colmo de males la presentación se alargó bastantes años y cuando al fin se presenta en 1984 ya estaba irremediablemente pasado de moda.  Los faros delanteros eran escamoteables sin tapa al más puro estilo Porsche 928 lo que junto al morro cónico provocaron ganarse el apodo de «infeliz».  Reliant no sabia cuanto dinero se había gastado en el diseño, utillajes y promoción de un coche que no lo quería nadie.  Para colmo de males cada coche construido había que repasarlo punto por punto por fallos en la construcción subsidiaria del chasis costando 1000 libras adicionales (¡¡¡cada unidad!!!).  Reliant volvió a tropezar en la misma piedra.  Mientras tanto en Mazda se preconizaba el Miata/MX-5 y les salió redondondo, el SS1 no era mala idea.