No justo (Sinclair C5)

A principios de 1985 veia la luz otra gran idea que solucionaría los problemas del automóvil.  Aprovechando los resquicios de ciertas leyes británicas Sir Clive Sinclair creyó que un coche eléctrico que llevado a su más minima expresión seria la respuesta.  Nace el Sinclair C5.  Con solo tres ruedas (los británicos eran muy aficionados a los triciclos), un pequeño motor eléctrico alimentado por una simple bateria y asistido por…¡¡pedales!! y con la dirección confiada a un manillar situado ¡¡¡debajo de las rodillas del conductor!!! Su linea era, quizás, lo más destacado del automóvil ya que sus prestaciones (24km/h) fueron modestas a drede para poder conducirlo sin permiso alguno.  El costo del desarroyo del Sinclair fue desorbitado (12 millones de libras) y se demoró varios años su presentación haciendo que el negocio no fuese tal.  A pesar de que la idea pudiese parecer buena:  un medio de transporte limpio e individual.  el Sinclair C5 presento insalvables problemas de diseño: la bateria no  resistia los rigores de la climatologia inglesa, el motorcito no podia con una simple subida (ni ayudado por los pedales), y el pobre Sinclair no protegia absolutamente nada contra las inclemencias meteorologicas (problemas solucinados en parte por su extensa lista de opciones), además se declaró potencialmente peligroso para el tráfico.  Tampoco ayudó el rumor de que su motorcito provenia de una lavadora.  Cierto es que la empresa que fabricaba el motor tambien fabricaba motores de lavadora y hasta de obuses.  A nadie le dio por creer que llevaba un motor de obús.  En un caso judicial no fue tomado como coche sino como «vehiculo de tres ruedas» conducido por un piloto ebrio, no debió causar muchos daños.  En Agosto de 1985, siendo ya objeto de burlas nacionales, el pobre Sinclair dejó de fabricarse para siempre. DEP