Tan original como su copia (Skoda 110R)

En el célebre periodo de entre guerras, la verdadera época dorada de la automoción, surgió en Europa central una corriente estilística y mecánica que pretendía cambiar la forma de entender el coche.  Carrocerías con el morro muy bajo y redondeado sin ninguna apertura mejoraban la aerodinámica y proporcionaban iguales prestaciones con motores menos potentes.  Para conseguir dicho cometido el motor pasaba al vano trasero.  Los coches pasaban a ser más sencillos y económicos tanto de fabricar como de mantener y las novísimas Autobanh compensaban la escasez de potencia y la manioabrilidad comprometida a base de largas rectas sin apenas desnivel.  Aunque no fue hasta los 60 que el concepto de motor trasero no se impuso como una alternativa real.  Modelos como el Corvair, R-8, Simca 1000, Fiat 850, célebres todo-atrás eran más una copia «cuadrada» del Escarabajo (best-seller de la época) y de los Mercedes H que unos seguidores de aquella corriente que impulsó la mítica marca checa Tatra.  Sea como fuere la triste Skoda seguía fabricando coches a la manera checa y que tanto éxito le había reportado al coche nazi por excelencia, bien entrados los 70.  Con una carroceria más o menos aerodinámica y un motor colgado cual mochila del eje trasero los tristes Skoda 110 tenían su mercado no ya en su país natal y vecinos políticos sino en la capitalista Europa como alternativa barata y robusta a los quiméricos autos setenteros.  Tan simplones eran que había multitud de bromas y mofas hacia ellos «-¿Como harías para que el valor de un Skoda fuese el doble?  -Llenandole el depósito de gasolina».  Para refrescar la imagen de la marca checa a principios de los 70 se presenta la versión coupé del anodino 110, bautizada como Skoda 110R.  Como buen coupé tenía una linea deportiva, 2+2 plazas y las ventanillas de las puertas no tenían marco.  El motor levemente potenciado conseguía unas prestaciones más que dignas manteniendo su robustez.  Como mantenía el motor en posición trasera se le consideró una mala copia del icónico 911 (en realidad el 911 y el Escarabajo, ambos alemanes, calcan y hacen suya la manera checa de hacer autos) y las bromas se multiplicaron.  El 110R participó con éxito en competición, si el 911 triunfaba por qué no iba a triunfar él, manteniendo todavía la plusmarca de 10 victorias seguidas en el RAC inglés (en su categoria).  A pesar de costar una décima parte que el Porsche más barato de la época no le andaba muy detrás al 912 en prestaciones.  Para su homologación en competición se llegaron a montar versiones especiales de 220cv.  Una vez acabados los 70 un serio lavado de cara convirtió al 110R en Skoda 130 Rapid y acabados los 80 Skoda acabó bajo el paraguas de su gran imitadora.  Ya en el nuevo siglo los glamusoros y arruinados Porsche llamaron a la puerta de VW y comparten mesa y mantel con los simples y rentables Skoda… Ahora podrán copiarse tranquilamente los unos a los otros sin vergüenza ninguna.