El principal hándicap de un coche del tipo Formula respecto a un sport-prototipo es aerodinámico. Un Formula 1 no lleva las ruedas carenadas y eso le conlleva una mayor resistencia al aire. Tyrell encontró la solución. Analizando el reglamento para 1976 dotó a su novísimo P34 de una diminutas ruedecitas de 10 pulgadas -como los mini 850– que quedaban «carenadas» tras el alerón delantero reglamentario. Para compensar la lógica pedida de contacto con el suelo se le pusieron 2 ruedas mas. Así el Tyrrel P34 tenia 2 ruedas convencionales detrás y ¡¡¡4!!! ruedas pequeñitas delante. Los mandamases de la F-1 pusieron el grito en el cielo y revisaron el reglamento una y otra vez. En ningún apartado (y había muchos) ponía cuantas ruedas debía llevar un coche. El debut fue en el G.P. de España siendo prometedor y la gloria la tocó en él de Suecia consiguiendo un doblete. Scheckter, único piloto ganador de un G.P. sobre 6 ruedas lo odiaba. Las ruedecitas se desgastaban mucho (de ahí las ventanitas en el cokpit para comprobar su estado), los frenos se sobrecalentaban, el eje delantero acusaba un sobrepeso alarmante… y asi sus virtudes aerodinamicas perdian la razón. Después de 2 temporadas el reglamento cambió y los Formula 1 están obligados a llevar 4 sosas ruedas y genialidades así no se han vuelto a ver.
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