Legge del Garibetto (Chrysler Ghia Norseman)


A mediados de los ’50 el mundo automovilístico miraba con cierta envidia a EE.UU. La época de los tres más grandes de Detroit  (Teague, Earl y Exner)  estaba en su cúspide y los diseños aeroespaciales encandilaban a propios y extraños.  En el trasfondo de toda esa parafernalia de cromo y aletas se hallaba Alfred Sloan(jefazo de GM)  y sus poco románticas ideas sobre la obsolescencia planificada que incluían, entre otras, pomposas novedades en forma de nuevos modelos cada año que transformaron para siempre el estilo de vida y el entorno del automóvil.  Al plutocrático directivo se le ocurrió una especie de salón del automóvil propio donde promocionar las virtudes y las posibilidades de sus autos.  Nacían los célebres Motorama.  Éstos mostraban año tras año y en diversas ciudades americanas la nueva estética y las nuevas locuras estilísticas así como películas y toda la artillería propagandística posible.  Edición tras edición los asistentes veían como el futuro se mostraba ante sus ojos y como en los años venideros coches parecidos (cuando no iguales) rodaban por sus calles.  Las demás marcas veían con asombro como GM no cesaba en su empeño de ser la más grande empresa mundial y nadie quiso quedarse atrás.  En Chrysler se habían ganado un gran respeto con sus Letters-cars pero necesitaban no quedarse atrás.  El departamento de diseño capitaneado por Virgil Exner completó una idea del estilista Billie Brownlie que se supone haría palidecer al más aeroespacial de los Motorama-cars.  De la misma manera que sus archirivales, en Chrysler creyeron que no había bastante con hacer una maqueta de escayola con cuatro ruedas, había que hacerlo lo más real posible.  Así que contactaron con el carrocero italiano Ghia para darle vida a los dibujos de Brownlie.  Después de 200.000$ y 15 meses el equipo de Pietro Frua tenía listo el excelso Chrysler Norseman en sus instalaciones turinesas.  Lejos de ser un modelo estático el nuevo Chrysler era completamente operativo.  Tenía en su chasis las nuevas soluciones de la marca, montaba un más que probado V8 de altas prestaciones y un cambio automático por botones (en aquella época era moderno que todo tuviese su botón).  La carrocería era una esplendorosa obra de arte e ingenieria.  En el larguísimo morro la elaborada parrilla hacía las veces de parachoques y escondía unos faros escamoteables, la linea de cintura era baja rematada en la parte posterior con unas aeroespaciales aletas.  El parabrisas era panorámico y el techo no tenía montantes.  El prescindir del pilar «A» le daba al interior una gran luminosidad (característica de los diseños de Exner) y le otorgaba una exclusividad sin igual.  También tenía un techo solar deslizable que dio no pocos quebraderos de cabeza a los carroceros italianos.  El interior era más futurista si cabe con automatismos para casi cualquier función y acabados de autentico lujo a la americana (cuero plateado, iluminación personalizada, climatización automática…).  El Norseman estaba listo para batirse con las mejores creaciones de Cadillac.  La celeridad con la que GM presentaba sus novedades desaconsejaron a Chrysler la creación de una segunda unidad.  La idea era que uno estuviese expuesto y otro sirviese para pruebas de prensa y de futuros compradores.  Pero eso hubiese retrasado la presentación y tal vez pasado ese tiempo las novedades no hubiesen sido tanto.  Así que fue embarcado en el SS Andrea Doria rumbo Nueva York.  A las 23:10 del 25 de julio de 1956 el buque Stockholm chocaba con el transatlántico italiano, horas después el Andrea Doria se hundía frente las costas americanas causando 46 víctimas mortales.  El Norseman se hundía para siempre sin que nadie hubiese podido verlo, de hecho el equipo de diseño americano no era capaz siquiera de confirmar el verdadero color del coche.  Tan solo quedan unas cuantas fotografías en blanco y negro y la experiencia de Ghia allende los mares.  La Chrysler, que tantas expectativas había puesto en el show-car, no pudo pasar a procucción ninguna de las caracteristicas del Norseman.  Se quedó sin sustituto espiritual de los icónicos Letter-cars y fue languideciendo (con honrosas excepciones) hasta nuestros días.  GM empezó a preocuparse por la ingente cantidad de coches que vendía y las tendenciosas leyes antimonopolio.  Eran otros tiempos…

Acerca de Sergio Mercado

Lo reconozco ¡Me encantan los coches! Pero no solo aquellos que forman parte del imaginario popular por sus logros y parabienes. Me gustan TODOS los coches y en especial los que llevan una bonita historia cuestas.
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9 respuestas a Legge del Garibetto (Chrysler Ghia Norseman)

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  4. L'Ornithorynque dijo:

    Elle n’est pas laide, avec pas mal de style – le pare brise sans montants de vitre – le toit posé sur du verre!!

  5. kalin dijo:

    … un expediente perfecto para Iker Jimenez…

  6. ami6total dijo:

    Se hundio como la industria americana del automovil, un suceso que pronostico el futuro de unos coches que como los dinosaurios acabarón desapareciendo de la faz de la tierra

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