Los tres pies del gato (Reliant Kitten)


En los ’70 la constatación de que la industria británica del automóvil no vivía sus mejores años era evidente.  Los continuos vaivenes y desatinos de las grandes marcas y la difícil coyuntura social hicieron ganarse a los pobres coches ingleses una merecidisima mala fama que les acompañó hasta el final de sus días.  Entre esta hecatombe pequeños fabricantes pescaban en rio revuelto.  Tal vez la menos pequeña de éstas fuese Reliant que vendía con cierta suerte triciclos motorizados con forma de ¿coche? y se atrevió con interesantes deportivos (¿alguna marca británica no se ha atrevido a hacer deportivos?).  Sus triciclos estaban decentemente construidos, eran robustos, fiables, no se oxidaban, gozaban de una economía de compra y de uso muy favorable (tenían ciertas excedencias fiscales debido a su condición de triciclo), se podían conducir con el carnet de moto (a pesar de su considerable capacidad) y se habían convertido en una especie de símbolo de la tradicional excentricidad británica.  A cambio eran un tanto grotescos e inestables a pesar de ser famosos también por su lentitud y que su (des)afortunado propietario debiese soportar la continuas burlas y mofas a nivel nacional que propiciaba dicho coche.  Los mandamases de la Reliant creyeron oportuno ofrecer un nuevo coche hecho y derecho a imagen y semejanza de los nuevos utilitarios:  nacía el cuatrípedo Reliant Kitten.  No se preocuparon mucho en el diseño, de hecho los tres cuartos traseros eran identicos a los del Regal (especialidad de la casa) compartiendo también la fibra de vidrio de la carrocería y los tracción trasera y motor delantero de casi 900cc.  Si los triciclos tenían fama de lacónicos el pobre Kitten no mejoraba para nada las cosas.  El morro, con su novedoso par de ruedas, no era tampoco un derroche de estilismo y al no gozar de las beneficiencias fiscales de sus hermanos pequeños el precio tampoco era una justificación para su compra.  Tan solo la resistencia a la corrosión parecía argumento válido.  Por desgracia el universo de coches urbanos estaba plenamente estandarizado. Ford hacía Fiestas por doquier, FIAT no daba abasto con los 127… Ya entrados los ’80, con la competencia creciendo de forma exponencial, no se concebía ningún utilitario sin la tracción delantera y cualquier marca sin tradición ninguna galvanizaba los chasis.  Las pocas virtudes quedaban más empañadas si cabe con las postreras versiones del sempiterno Mini, que nunca peerdió su gracia.  El Kitten murió sin pena ni gloria a principios de los ’80 no habien fabricado más de 4075 unidades (versión comercial incluida). Y es que en aquella Inglaterra, automovilisticamente hablando, era tan difícil continuar con las tradiciones como pasar de ellas.

Acerca de Sergio Mercado

Lo reconozco ¡Me encantan los coches! Pero no solo aquellos que forman parte del imaginario popular por sus logros y parabienes. Me gustan TODOS los coches y en especial los que llevan una bonita historia cuestas.
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13 respuestas a Los tres pies del gato (Reliant Kitten)

  1. Antonio dijo:

    Pobre cochecito feo.

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  6. L'Ornithorynque dijo:

    Oups, l’avais raté ce billet.

    Il y avait aussi la version à 3 roues …

    So British!!! Je pense que leur mauvais goût vient de ce qu’ils mangent mal!!! Quand on mange la nourriture anglaise, il faut pas s’étonner des résultats 😉

  7. kalin 1º dijo:

    …lo que si que hubiera sido un bombazo es que éste coche hubiera tenido una versión «M» o «AMG»; le da cierto aire, lejano, al Ford Fiesta mkI, pero más «british», esto es, desproporcionado en todas sus cotas y sin ninguna gracia, de ahí que fuera tan difícil venderlo en Inglaterra como en el resto de la «commonwealth»; de hecho, sólo los fabricantes ingleses, junto a los primeros Hindustan, han sido capaces de mantener un estilo tan rancio y mezquino de un modo tan tenaz; ojeando algún «Autocatálogo» de primeros de los ´80 aún se puede apreciar la anarquía automovilística que reinaba en las islas y comprender el exterminio posterior; en cuanto al Reliant, lo mejor es el detalle del volante «deportivo» y un cuadro de relojes mas aparentes que los de un Countach, en un ¡triciclo!

    • la historia reciente del automóvil inglés es increible. Lo tenían todo y ellos mismos lo tiraron por el retrete. El interior de un Countach nunca fue su punto fuerte, de hecho el interior de cualquier coche italiano nunca será su punto fuerte 😉

  8. ami6total dijo:

    feo de cojones, no era original y una concepción mecanica trasnochada un coctel que dificultó el exito de este vehículo, aunque siendo justo a mi me gustaría tener uno

  9. Parece una tontería, pero con la humedad que hay en Inglaterra es más importante de lo que parece que un vehículo no se oxide.

    • Por suerte cosas como los elevalunas eléctricos, el cierre centralizado, carrocería libre de oxido, aire acondicionado, motor que arranque a la primera o el retrovisor derecho ya damos por hecho que nuestro nuevo coche las trae de serie. Hubo un tiempo en que no, de hecho se llegaron a vender Chevrolets Vega nuevos con partes del chasis oxidadas. El pobre Kitten parece que no tenía muchos argumentos de venta en su día aunque hoy sería un bombazo un coche pequeño con tracción trasera y carrocería de fibra de vidrio. La «homogeneización» del Automóvil es lo que tiene.

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