Y una cocina grande (Dodge La Femme)


Para los norteamericanos los ’50 fueron unos años magníficos.  Harley Earl iniciaba la era espacial y el futurismo se adueñaba del diseño automovilismo.  En la Chrysler Corporation, y en todo el país, ataban los perros con longanizas.  Los aclamados «Letters-Series» estaban en la cresta de la ola y otorgaron más fama y más prestigio a la pentastar y sobre todo insuflaron una ola de optimismo que les dio alas (nunca mejor dicho) para atreverse con diseños más y más arriesgados.  Los incipientes e influyentes departamentos de marketing  se percataron que a pesar de que los autos los compraban casi totalitariamente hombre siempre iban acompañados de sus mujeres para acabar de decidirse.  En los cincuenta la mayoria de los coches eran del color que la mujer de la casa quería.  Asi que ni cortos ni perezosos en Chrysler se pusieron manos a la obra para crear un coche unica y exclusivamente para la mujer.  Nacía el Dodge La Femme.  Basado en un Dodge Custom Royal Lancer del ’55 presentaba una serie de cambios para feminizarlo y hacerle la vida más fácil a su feliz propietaria.  Pintado en una combinación exclusiva de «Heather Rose» y «Sapphire White» y tapizado con rosas bordadas y vinilos blancos. Los emblemas dejaron de ser cromados para ser dorados.  Al extenso equipamiento del Royal Lancer se le unian un abrigo con sobrero a juego, paraguas y un práctico bolso a juego con la tapiceria y que encajaba en un hueco «ex-profeso» detrás de los asientos delanteros y que contenía una funda para el pintalabios, una cigarrera, mechero y una funda impermeable para el bolso.  Al año siguiente el interior se estrogenizó aun más y se añadieron nuevos colores («Mysthic Orchid» y «Regal Orchid»). En menos de dos años el proyecto de coche femenino pasó a mejor vida (menos de 2000 unidades vendidas) y las marcas americanas se centraron en fabricar coches unisex (muscle-cars, full-cars, trucks..).  Ya en los noventa las tres grandes se percataron que las mujeres preferían los mastodónticos SUV a los cacharrines japoneses y no precisamente pintados de rosa.

Acerca de Sergio Mercado

Lo reconozco ¡Me encantan los coches! Pero no solo aquellos que forman parte del imaginario popular por sus logros y parabienes. Me gustan TODOS los coches y en especial los que llevan una bonita historia cuestas.
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5 respuestas a Y una cocina grande (Dodge La Femme)

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  3. kalin1º dijo:

    …que gran verdad el último punto!!!; porqué esa obsesión femenina por los todoterrenos para circular por el «pueblo»?

    • LA estupidez de tener un mastodonte en el Garage no hay quien se la explique. Se cree que por la sensación de que no te va pasar nada ahí arriba y que con un 4×4 es más fácil aparcar de oído. Se creen que así imponen más. Otra estupidez yankie.

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