Bengala de tigre (Messerschmitt- Fahrzeug-und Maschinenbau Regensburg «Kabinenroller» Tg 500 «FMR Tiger»)


El final de los ’50 no era igual a ambos lados del Atlántico.  En la América próspera ataban los perros con longanizas y gastaban todo el petroleo que sus mentes pudieran imaginar.  El automóvil alcanzaba el estatus de producto de consumo y cada año se renovaban sí-o-sí las gamas de principales marcas.  En la Europa devastada por la 2ª Gran Guerra ya comenzaba a vislumbrarse el final del túnel.  Alemania, Francia, Inglaterra e Italia ya comenzaban a fabricar nuevos e interesantes modelos.  Años antes la carestía se combatía con no pocas dosis de ingenio.  El uso de todos los recursos estaba destinado  sine qua non a la resconstrucción de países entereros y las ansias de movilidad se calmaron en parte con los microcoches, los consabidos coches huevo.  Las grandes fábricas alemanas de material bélico se encontraron con la prohibición expresa de volverlo a fabricar.  Messerschmitt, fabricante de los Bf109 y Me262 dos de los mejores aviones de la Gran contienda, se encontraba sin plan alguno para sobrevivir y decidieron pasarse al mundo automovilístico.  Nacían los Kabinenroller (Kr)tal vez los mejores coches burbuja.  El Kr estaba diseñado por Fritz Frend, ingeniero aeronáutico, y no puede disimular su origen.  Su carrocería parece la de una pequeña avioneta sin alas, de hecho tanto la disposición en tándem de las dos únicas plaza, como el techo «burbuja»  que abatiendolo se accedía al interior, e incluso el manillar en lugar del volante eran más propios de las carlingas de un avión.  Como buen microcoche los  Messerschmitt tenían un motorcito de moto conectado a la única rueda trasera, cuestiones económicas.  La buena aerodinámica, el bajo peso y la voluntad del motor Fitchel & Sachs (150 ó 200cc) lo convertían en el más prestacional de los utilitarios alemanes (cualquiera que andase a paso ligero era más rápido que un KdF) y le otorgaron una merecida buena fama.  Cuando la empresa madre pudo volver a su labor primigénia cedió la fabricación de los cochecillos a la  Fahrzeug-und Maschinenbau GmbH Regensburg (FMR) que decide revitalizar la gama.  Nace una nueva versión cabrio que no logra su cometido.  Las ventas bajaban inexorablemente.  El mercado local demandaba más sofisticación y polivalencia y el mercado europeo se estaba deslumbrando por el nuevo Mini.  Así que dan una vuelta de tuerca más.  El simple chasis se modifica para dar cobijo a cuatro ruedas y a un potente motor de 500 cc. La novedosa planta motriz tenía dos cilindros,  marcha atrás (los Kr tenia conversor de giro), y dos ventiladores para la refrigeración.  Además montaba cuentarrevoluciones, frenos hidráulicos (Kr por cable), suspensión independiente… era un verdadero matagigantes.  Las prestaciones eran brillantisimas. Nacía el Messerschmitt- Fahrzeug-und Maschinenbau Regensburg Kabinenroller Tiger 500.  La tediosa Krupp reclamó el nombre de Tiger que ya tenía registrado para uno de sus ignominiosos camiones así que se rebautizó como Tg500 aunque todos lo conocieron y recordaron por el nombre del felino.  El nuevo bólido era la antítesis del modelo primigenio.  Sofisticado, veloz, deportivo… y caro.  La pléyade alemana de coches burbuja iba languideciendo por el abaratamiento y consecuente popularización de los coches «normales», el Tg500 era sensiblemente oneroso.  Tal vez si nunca hubiesen existido los Kabinenroller el mercado europeo lo hubiese asimilado como un deportivo exótico pero no disimimulaba su procedencia humilde.  Al lado de los cacareados roadster británicos, el pamplinoso Karmann-Ghia, e incluso de los Fiat-Puch, el avión sin alas se veía como un Compsognathus.  Volkswagen iniciaba su lenta pero segura marcha hacía la supremacía automovilística.    La Messerschmitt despareció entre un conglomerado de empresas aeronáuticas y la FMR desistió en su propósito.  Descansemos en paz.

Acerca de Sergio Mercado

Lo reconozco ¡Me encantan los coches! Pero no solo aquellos que forman parte del imaginario popular por sus logros y parabienes. Me gustan TODOS los coches y en especial los que llevan una bonita historia cuestas.
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7 respuestas a Bengala de tigre (Messerschmitt- Fahrzeug-und Maschinenbau Regensburg «Kabinenroller» Tg 500 «FMR Tiger»)

  1. L'Ornithorynque dijo:

    Wunderbahr!

  2. Pingback: Mientras Salacia huía. (Curtis-Wright 2500 Air-Car “Bee”) | AUTOMÓVILES FUERA DE LO COMÚN

  3. Siempre que hay tiempos de crisis y recesión, la industria automovilística trata de fabricar coches más pequeños, más ligeros y que consuman menos. Supongo que tendrá que ver con el miedo a que la gente deje de utilizar coches para los desplazamientos diarios y los sustituyan por ciclomotores. Es que no encuentro otra explicación a la obsesión por los «minicoches» en tiempos de decadencia.

    • kalin® dijo:

      …cuestion de expectativas, en buenos tiempos mas altas y buenas y potentes berlinas, cuando llega la «crisis» las expectativas son bajas, los coches, tambien…humaredas que se nos suben y se nos bajan…

    • Hay una máxima en automoción: tu cohe no ha de recordarte lo pobre que eres. Curiosamente en la España gris de la postguerra convivieron los míseros Biscúter y la Pléyade de microcoches con los sublimes Pegaso. Cualquiera que condujese uno de esos era un gran afortunado. Cuando la sociedad se extrema los coches también. BMW también fabricó alalimón los Isseta y las berlinotas v8… Dacia se renaulizó en plena bonanza y Porsche fabricó tractores diésel también en el siglo XXI bajo el pomposo nombre de Cayenne tdi… La cuestión es vender.

  4. ami6total dijo:

    precursores de lo que seria los coches pequeños, no microcoches, nos da una idea de las diferencias que había entre USA y Europa, para mi estos coches tienen más tecnologia, que un cadillac eldorado, ya que de donde no había lograrón sacar coches adaptados a una realidad muy triste.

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