Los felices años ’30 propiciaron un crecimiento sin igual en el mundillo del automóvil. Las más prestigiosas marcas lograban hitos sorprendentes. Los niveles de exclusividad en pos del lujo y las prestaciones crecían como la espuma. Las marcas relativamente modestas se atrevían con autos de gama alta. Total quien puede comprarse un coche tiene dinero suficiente para gastarse más. En la Francia de aquellos años se había alcanzado un nivel de exquisiteces dificilmente equiparable a lo largo de la historia. Bugatti, Hispano, Delahaye, Delage, Saoutchick… En esa tesitura una de las marcas más veteranas decide volver a tomar parte en el nicho del lujo y la opulencia. Peugeot volvía a las andadas con el tope de gama de la exitosa serie 01. Los antecedentes en la marca del León no eran muy halagüeños. La anterior tentativa, el socorriente Tipo 183, no pasaba de ser un coche grande y pamplinoso que se forjó una mala fama por su motor de 6 cilindros y su nula fiabilidad. El nuevo Peugeot 601 venía con ganas de triunfar. Con un estilo muy cercano al de sus exitosos hermanos menores y con una potencia en la media de la competencia local el nuevo estandarte del León de dientes de sierra tenía todo para triunfar. Por desgracia no fue así. El motor era voluntarioso pero a todas luces insuficiente. Las prestaciones ya empezaban a tenerse en cuenta. Además la línea era demasiado parecida a sus hermanos pequeños y el interior no tan espacioso como se esperaba. Quien se gastase más dinero en un coche grande quería que éste fuese claramente mejor que los más baratos y en Peugeot pasaba justo lo contrario. Para mayor cúmulo de desatinos ese mismo año se ponía en liza uno de los mejores coches franceses de todos los tiempos, el Citroën «Traction Avant» claramente más moderno, ágil y avanzado técnicamente para el que el lacónico Peugeot no era rival. El 601 se había convertido en un vejestorio nada más nacer. Los responsables de Peugeot iniciaron una huida hacía delante. Modernizaron la línea todo lo que pudieron, crearon versiones especiales (convertibles, coupes aerodinámicos…hasta 15 carrocerías diferentes) queriendo aprovechar la dificultosa pubertad del modelo de los chevrones. Renault con la serie Stella también ganaba su guerra particular contra el 601. La nueva cúpula directiva de Peugeot decidió discontinuar la berlina de lujo en favor de las series 4 y 2, algo que duraría hasta los años ’70 donde tampoco dieron pie con bola. En Citroën quizás nunca cuadraron los números pero el empeño en hacer los coches que querían y no los que se deberían vender nunca les fue del todo mal. La maldición de la bernila de lujo a la francesa continua…
Encore une découverte!
…y Andre Citroen?
…
Lo de la auténtica Citroën es una historia apasionante. Lástima de los pérfidos Peugeot.
…en el mundo del motor si hay alguien que se lo merezca es él…
Una vez más, los directivos de Peugeot eligieron un mal momento para competir en el segmento del lujo, con todos esos Rolls-Royce, Bugattis, Hispano-Suizas y Mercedes circulando por la Europa de Entreguerras.
En esa época el tema del lujo estaba muy muy difícil. Te olvidaste de Horch 😉
Había mucha competencia, un gran know how por parte de las marcas gracias a los locos años veinte, buenas ideas, mentalidad emprendedora, una gran capacidad de I+D,… Y el problema es que la tarta era muy pequeña porque había muy pocos clientes. Durante la Gran Depresión, al contrario que ahora, muchos ricos de toda la vida se arruinaron y lo perdieron todo.
Respecto al tema de Horch, no lo he mencionado porque no quiero ser el pesado de los coches alemanes. Me pareció suficiente con citar a Mercedes. Además, si no recuerdo mal, en aquella época Horch pertenecía a AutoUnion. En una de las marcas de AutoUnion (concretamente, Wanderer) me inspiré yo para titular mi blog Wanderer75.
Nombré a Horch precisamente por ser la hermana mayor de los «andarines» y por tu reconocida empatía por ese aro de Auto Unión. Maybach, Tatra, Talbot-Lago, las tres «P» americanas, los v16… Y ahora vamos de dignos. Cualquiera tiempo pasado…
…y pensar que cuando Audi lanzó su primer V8 las pasó canutas…; ahora sí, vende V8-V10-V12 y hasta V16(Bugatti), pero el inicio fue durillo; por entonces el Audi era el filete del pobre en Alemania en comparación con Mercedes y BMW (que tampoco fue siempre potente), con poca carne y mucho nervio…; miraron desde el primer momento a EEUU, y perseveraron; si descontinuas una gama «obligas» al público a no comprar de tus productos, los invitas a que se vayan a otro lugar; si el Vel Satis II hubiera sido un poco mas bajo y afilado sería idéntico a los coches que hoy triunfan; si en Peugeot hubieran potenciado (y fiabilizado) 605 y XM quizás 607 y C6 podrian haber saltado un poquito hacia arriba sus gamas…; lo mismo de siempre, salu2cv…
Creo que en Peugeot siempre se han intentado hacer algo serio en esto del lujo se han topado con un icono francés. Los tractión, DS y CX son inmensamente franceses y es difícil hacerles sombra en el mercado local. Fuera de él la tríada alemana deja pocas migas que picar. El seis va de maldito en la fábrica de pimenteros.
…el numero del anticristo…
Tampoco BMW tiene mucha suerte con el 6 ni con los números pares…
…se basta con los impares…
Pero insiste con el 6
Los 605 y posteriores son bromas de mal gusto.
Pues bonito sí que era, sí…
En los convulsos ańos 30 fue la época dorada del automóvil. Los hay bellísimos (éste es de los normalitos). Los clásicos llaman a tu puerta, Valls.
Lo más clásico que tengo es mi PT Cruiser, jeje…
Un día te contaré la historia de la Chrysler PT Cruiser. Futura clásica. Buena elección 😉