Presente deflagrante. (Mauser Einspur Auto «Monotrace»)


En los albores de los años 20 del siglo pasado Alemania no pasaba por su mejor momento.  El Tratado de Versalles restringía, entre otras cosas, la fabricación de material bélico.  La reciente paz había dejado sin clientes a las empresas armamentísticas y éstas debían buscarse la vida como fuese o finiquitar el negocio.  Mauser, sinómimo de calidad y eficiencia en la fabricación de armamento, se encontró en la tesitura de seguir fabricando «algo» para darles trabajo a su grupo de operarios altamente cualificados a la espera de tiempos «propicios».  El ingeniero Alfred Morgan (nada que ver con los Morgan ingleses y sus cacarados chasis de madera) recibió el encargo de diseñar un medio de transporte cómodo, barato, que protegiese lo más posible de las inclemencias del tiempo, sencillo de mantener y fácil de fabricar, y que no gastase muchas materias primas (todo estaba racionado y restringido).  En Mauser creyeron que no debían fabricar motocicletas ya que el mercado estaba lo suficientemente cubierto.  El cometido era fabricar una especie de coche utilitario lo más barato posible pero con el rigor y la calidad que se le presupone a algo alemán.  Morgan se esforzó y presentó ante sus jefes el vehículo ideal para sus premisas:  El Mauser Einspur Auto.  Efectivamente era pequeño ligero y eficiente.  Ahorraba acero, cuero… y caucho (en carestía en Alemania).  El increíble  vehículo era una especie de coche de dos ruedas, al más puro estilo motociclista.  Para hacerlo sencillo de conducir y ayudar al iniciar la marcha y respetar la verticalidad en parado equipaba dos ruedines que se retraían por medio de una palanca interior.  Una vez subidos hacían las veces de «parachoques» o «quitamiedos» ante una eventual pérdida de equilibrio.  Montaba un noble y fiable monocilindro de 500cc que lo catalpultaba a velocidades respetables, y unos cómodos sofás para tanta gente como se atreviese a subir en él.  Los mandamases de Mauser hicieron números, tenían que construir una linea de montaje de ciertas dimensiones.  La inflación desorbitada no permitía acceder al crédito para dufragar costes.  La República de Weimar empezaba su agonía.  En Mauser necesitaban el dinero como agua de mayo vendieron la licencia de fabricación a un empresario francés que la rebautizó como «monotrace».  No se sabe a ciencia cierta cuantos se construyeron pero no fueron muchos.  El avance alemán (en todos los aspectos) propició que Mauser volviera a tener trabajo «de lo suyo» y se olvidase de querer hacer coches baratos. Lo de coche del futuro vendría después.

Acerca de Sergio Mercado

Lo reconozco ¡Me encantan los coches! Pero no solo aquellos que forman parte del imaginario popular por sus logros y parabienes. Me gustan TODOS los coches y en especial los que llevan una bonita historia cuestas.
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10 respuestas a Presente deflagrante. (Mauser Einspur Auto «Monotrace»)

  1. Hola, Sergio: me gustaría ponerme en contacto contigo para una propuesta sobre tu blog. ¿Podrías mandarme tu dirección de correo electrónico? Mi dirección es ricardobotin@wanderer75.com
    Un saludo.

  2. kalin1º dijo:

    …con un par de remos opcionales y es ideal para vadear acequias o, más romanticamente, «callejear» por Venecia…, salu2cv

  3. Por mucho que tuviese ruedines, pinta de estable no tenía. Parece un sidecar con volante que se acaba de desprender de una moto.

  4. L'Ornithorynque dijo:

    Moto Citroën 😉

  5. Pingback: Sopa de Ajo (Ford Gyron) | AUTOMÓVILES FUERA DE LO COMÚN

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